Cuando veo su lápida de mármol con delicados acabados y una leyenda solemne adornada de tulipanes frescos, me provoca vomitar.
La odio aun ausente. Mi marido no ha dejado de pensarla. Detesto que no me mire ni me toque, con los ojos caídos cual estúpido, imaginando solo la deidad de la muerta.Pensé que al quitarla de su vida, Gabriel retomaría la mía. Pero me equivoqué. Viene a mi mente las veces que los vi juntos. Los dejé actuar, al fin y al cabo la esposa, su dueña, era yo. Permanecí silente durante un año.Me era indiferente si Gabo salía con otras o no. Ninguna más deseada que yo. Sin embargo había un problema; Camila. Me hacia sentir insegura.
Desde que los presentaron no dejó de visitarla. Nunca le cuestioné. Mis persecuciones daban la misma vuelta de tuerca: terminaba cada noche en casa de ella. Qué cinismo y que tontería. Cuando lo hizo enmudecí. Con ella los abrazos fuertes latían con los besos dulces que hoy me hacen falta; de pensarlo, de solo pensarlo mi odio envejece. Me han usurpado su amor.
Aún hoy recuerdo aquella noche en la que vendí mi vida. De costumbre lo seguí permaneciendo inmóvil en las sombras. Se abrió una puerta y su expresión de éxtasis me recordó cuanto tiempo llevábamos sin hacer el amor. Eso me frustró más. Si él no es para mí entonces que no sea para nadie.
Salió del apartamento una mujerzuela de rostro familiar. El carro de Gabo se alejaba lo suficiente. Era hora. Por fortuna encontré la puerta sin cerrojo. Abrí sin reparos. El momento había llegado. Frente a frente con mi enemigo.Hablamos. Le dejé claro que Gabo es mi esposo, y que esa unión de Dios no la puede separar nadie. La desgraciada aseguró tener más poder sobre él ante el de arriba, y me dijo apasionada que lo amaba y que jamás se separaría de él.En un instante de tensión, me dejé llevar por mi instinto y la ahorqué con todo mi odio. Mis guantes quebraron su delicado cuello. No tuve compasión. Tembló y gimió pidiendo por su vida. Le dije que lo tomara por el lado amable, ya la estaba enviando al cielo. Y así fue. Cuando sentí que su vigor se marchitó por completo la arrojé al suelo. Fui a la cocina por un trago de vino, y me senté en el sofá a contemplarla. De verdad que era bella. Ahora lo entiendo.
Disfrutando mi botella de Moscatel y el espectáculo en frente, se me escapó el tiempo. Oops, me dije cuando desesperada abrió la puerta la mujerzuela antes mencionada, al notar que su hija no respondía al timbre. "¿Qué hace usted aquí?" preguntó al tiempo que caían las bolsas de sus manos. "Eso" le dije y señalando risueña hacía el cadáver, la mujerzuela se vino en llanto. Lloró. Tanto como lo haría cualquier madre al encontrar muerta a su hija de 9 años. Su mirada llena de odio me decía lo que su cuerpo le impedía al verse intimidada por el revólver, que inmediatamente saqué de mi cartera importada y que apuntaba precisamente a su sien. "Maldita" fue lo último que le escuché, pues aburrida y un poquito ebria no me iba a aguantar su lata, por eso le disparé y tomé mi tiempo para desordenar ese apartamento de mal gusto.
Aun hoy, Gabo no entiende mi sacrificio por salvar nuestro matrimonio. Dice que estoy loca, y que no va a volver a mí. Pero qué tarado es, le he quitado una carga.Si la mujerzuela de ínfulas superiores le negó a su bastarda durante 8 años, solo por exigencias sociales cuando en esos tiempos Gabo era un chofer, por qué regresar a incomodar nuestra unión?
Gabo nunca se separará de mí, o por lo menos no me olvidará, no hay salida, unidos por la sangre. Compartimos el VIH aunque él no lo sepa.
Regresé a la casa. Le tenía unas ganas. "Mi vida vamos a trabajar en el hijito que tanto queremos". Patrañas. Tomé la anticonceptiva, pues un mocoso no dañaría mi figura. Y con abrazos y caricias me lo llevé a la cama para terminar lo que fue la mejor noche de mi vida.
5 comentarios:
Sabroso
El oscurantismo macabro definitivamente es tu fuerte, de esta narracion podria salir la trama de cualquier buena pelicula de hitchcock, no te anclaustres en los relatos y vivelos mas, eres buena siendo mala, aprobechalo..
I like your dark side.
DG
Wow...Ana
Otra vez me sorprendiste gratamente.Quedé absolutamente impactada con la historia, que, como ya lo dije antes, refleja que no tienes qué envidiarle a cualquier escritor reconocido...fantástica!!!!
Felicitaciones, de nuevo...sin palabras...
no me sorprende. no porq no crea que es bueno sino por q se q eres buena, por lo tanto sé que eres capaz de escribir cosas magníficas. pero leyendo a laura restrepo, me aprendí algo que hay que tener en cuenta a la hora de escribir: el tono. trata de escribir ua cosa diferente a la otra para hallarle el tono adecuado para hablar sobre algo,. besos y te amo
Jajajajajaja. Muy bueno. No soy critico y menos de literatura pero tu escrito es macabro y morboso al extremo de no dejar al lector de leerla toda a ver como termina.
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