martes, 30 de septiembre de 2008

Bitácora de una diabla


Miércoles 8 pm

Jesucristo hombre bendice a mi dulce Angélica, mi niña adorada. Guárdala siempre en tu regazo. Cada día que pasa me siento más agradecida contigo Papi Jose por la hija que me has regalado. Te doy infinitas gracias. Abba padre.

Puso el dinero en la bolsa y con una sutil reverencia abandonó el altar. En una de las últimas sillas la esperaba Angélica. Parecía de otro mundo. La chiquilla lánguida y vulgarmente agraciada, arrodillada con elegancia, miró con dulzura a su madre, una dulzura hechizante. Tenía al Diablo a sus pies con sus pupilas grisáceas. Magda besó su frente. Esperaron con lágrimas a que terminaran las palabras de Jesucristo. Se apagó el video beam. Terminó la función. Abba Padre.

Jueves 11 am

La niña de ojos grises cumplía 18. Esa mañana llegó tarde a la escuela. Llegó tarde a enseñar el tatuaje que Magda le había regalado horas antes. Un trío de seis inflamado en la nuca. Se sintió la reina de once. Los profesores no la amonestaron como de costumbre. Los dominaba con el conjuro de su mirada.
-Acá entre nos ¿qué se puede esperar de la hija si su madre cree en un estafador que se hace pasar por Cristo?
-Recuerde Úrsula que esa chica se saca las mejores notas. Dijo Ricardo, el director de grupo.
La Diabla, como todos la conocemos hoy, nació ese día en la boca de todo el colegio.

3 pm

Llamó su madre. Mamita imagínate, ahorita tengo una cita con el delegado de una academia de diseño de Medellín porque estoy opcionada para una beca. Los minutos de Magda se fueron en felicidades y alabanzas.

Recostada en una sinfonía de almohadas, repasaba una y otra vez las lecciones que había dejado el director. Se cambió de ropa. Siguió repasando. No encontraba que postura adoptar. Abrió el regalo de cumpleaños de Ricardo. Un DVD. Reproducir -Adelantar. Vio una mujer bañarse en una lluvia de semen. Cinco hombres eyaculando por todo su cuerpo, tocando y besándose en una tormenta gay. Así se llamaba el video. Le causaba gracia.

-Ricky mejor dame por detrás. Mañana si quieres te traigo a los niños que más te mojan, para que se bañen en tu tormenta jajajaja.
-Que graciosa estas mi diablita hermosa, ya tienes tu año ganado mamasita rica. Quiero en mi cama a Ramirez.
-Ese te cuesta cien mil gordi.

Las horas y el sexo pasaron. Recién comenzaba la celebración de su mayoría de edad.

7 pm

Le pidió permiso a Magda para ir a celebrar sus 18 en la ciudad amurallada. Magda le regaló veinte mil. Quédate a dormir en casa de Gonzalo o de Melissa, me siento muy cansada para abrirte a la hora que llegues. Te amo hija mía, cuídate mucho. Llévate el uniforme de mañana.
Gonzalo se despidió de la suegra que no tenía conocimiento de serlo. Me saludas a tu padre. Era hijo de uno de los apóstoles de Papi.

10 pm

Estaba Angélica con su tatuaje escamado, su little black dress y cuatro ángeles más en un chalet de Manzanillo. Dulces beats electrónicos invadían una luna solitaria. La niña de ojos grises reía altiva de las bromas sexistas de su novio, expectante de la materialización de un gran deseo que satisfacían ocasionalmente. Las estrellas y el mar bailaron una danza sicodélica en complicidad con el perico, el alcohol y los ácidos que llevaron a los jóvenes a un viaje sensual.

Viernes 12 am

El festín y la locura se trasladaron a la desnudez de las habitaciones. Gonzalo y su novia acompañaron a la luna en su soledad.
-Deseas sentirte como Dios?
-Sí.

Se besaron como nunca. Sus alientos derrocharon marihuana.

1 am

Gonzalo sacó un revólver. La Diabla sacó un cuchillo. En noches como esta, sus ojos grises cambiaban de color. Ya no eran dulces ni encantadores. Eran los ojos de una mujer excitada por el deseo de matar. Lasciva por la experiencia de ser dios, de ser juez, de dominar el destino de alguien, de condenarlo o condenarse. Ya no era el diablo a sus pies por sus pupilas grisáceas. Era un nativo amordazado a sus pies, quien imploraba a esos ojos por su pedacito de vida.

2 am

Clavó el cuchillo diez veces. Se sintió grande. Se sintió diosa. Se metió un pase.
Gonzalo guardó el revólver. Se ensañó a piedras contra el hombre. Tuvo una erección. En noches como esta el mar llora, la luna se esconde, la arena sangra.
En noches como esta ellos no duermen juntos.

6 am

La dejó en su casa uniformada. Timbró dos veces. Buenos días. Le dijo el hombre que salía fumando. Era su suegro. Buenos días Magda. Saludó a su madre, que la recibía desnuda y apenada dejando al descubierto su tatuaje en la entrepierna.

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