lunes, 8 de septiembre de 2008

Especiales entre copas: Directo al corazón atómico de la vía láctea


Primer cóctel. Y comienza mi vuelo estelar en este bar de la Condesa. Último destino, el corazón atómico de la vía láctea. Allí me encontraré con un gran quinteto de alienígenas musicales. Espero a Zoé sumergida entre copas coloridas, latin jazz y art decó mexicanos.


Segundo cóctel. Y veo llegar a Memo Rex escoltando a los rockeros espaciales. Space Rock. Género tan antiguo como la psicodelia. Zoé es de las primeras grandes bandas de rock mexicanas, de la era cibernética, ad-hoc con sus obsesiones futuristas.


Te ha gustado el Avant Garde? Me saluda el vocalista y l-í-d-e-r de la banda León Larregui. Sí. Me recuerda a mi bohemia Cartagena. Ésta colonia es un encanto. Dije. Tacho la palabra porque le incomoda el calificativo. “Aquí no hay cabeza. Somos una sinergia”. Política de la banda.


-Qué chida está tu ciudad ehh. Anota el guitarrista Sergio Acosta que estuvo en ella hace un año. Intercambiamos besos. El único hielo por romper que hubo fue el de los Tom Collins que pedimos. Se antojaron. Qué par tan agradable!


Tres a uno y los primeros Marlboros de la noche. Evitaré preguntar lugares comunes. Es difícil con alcohol en mi torrente.


Ana: De dónde sale la figura de Memo Rex Comander y el corazón atómico de la vía láctea?


León: Verás, quizás el nombre de este nuevo disco es uno de los más extensos en la historia del rock mexicano y uno de los más bizarros en cuanto a propuesta y sonido. Memo Rex es un personaje etéreo, también la primera rola del compacto. Es el guardián de la vía láctea, ese complejo galáctico que da ambiente a toda esta producción, que habla de una búsqueda espiritual, experiencias, amor y desamor anécdotas y distintas facetas de la cotidianidad.


Sergio: Hay demasiado love comprimido, hay crítica a los sistemas y alucines pachecos. El corazón atómico de la vía láctea, suena medio poético, icónico, escribimos imágenes. Memo Rex fue para nosotros más que todo un viaje sideral por una atmósfera amorosa. Un extraño sonido que es melancolía, y rock cargado de letras oníricas.


Pausa alcohólica. Se me dio por hacer un ejercicio.


Ana: Ahora imaginen que están en su egoteca ¿a qué les sabe Zoé?


Sergio: Oye pero que ejercicio tan cachondo ahh. Jeje pues imagínate por ejemplo a este hombre aquí (León), ahí en medio de la multitud, flaquito y ojeroso, y a nosotros luciendo frágiles, tímidos, desprovistos de pretensiones y arrogancia, pero a la vez imponentes. Ofreciendo artísticamente sobriedad y sofisticación; lo nuestro es la creación, no el show vano. Nuestros nuevos y mejorados arreglos, a cada momento, van reflejando un crecimiento musical. No somos soberbios, la neta es que gozamos, nos entregamos. Jajaja que chinga de ego.


León: Hey carnal gracias por lo que me toca. Siguiendo con el ego Anita, a qué sabemos? Somos una gran propuesta alternativa de elegantes tintes electrónicos, caracterizada por una estética bastante coherente con nuestra música. Bueno y te pasamos la rola. A qué te sabe Zoé?


Tienen un sabor exótico Leo. Zoé me sabe a buen rock con tintes espaciales. Tienen un estilo exquisito, una magnética fuerza escénica y un sonido potente e impecable. Son una mixtura de amor sideral, devoción hermana, calidez musical, elegancia comprimida.


León: Gracias Anita. Esto se merece una chela.


Vamos cuatro a dos. Para los que no han testeado a Zoé, tienen un sabor ecléctico e indeleble, lleno de ambientes y texturas. Por sus influencias como Pink Floyd, Beatles, Placebo, Stones, The Cure y Guns n’ Roses emanan un rock ambiental y soñador.


Ana: Cuéntenme ahora cómo fue su llegada a la cima? Qué fue lo más difícil?


Sergio: Anita estamos en un buen momento pero no en la cima. Todavía nos falta explorar, mejorar. Estamos en la búsqueda constante de un mejor sonido, growing up. Tú sabes. Comenzamos como muchos chavos, tocando en antros y eventos del DF.


León: Qué te digo, pues en nuestros inicios por allá en el 97 Si no existían los espacios para tocar, nosotros los inventábamos. Si no había emisoras para nuestra música, nosotros grabábamos y repartíamos los demos entre futuros sellos discográficos. Autogestionados fue como empezamos a sonar en la radio independiente de Estados Unidos y logramos un breve contrato con Emi en México, luego de un buen percance con la Virgin. Actualmente trabajamos con la Sony y Noise Lab una disquera independiente.


Ana: Y qué pasó con la Virgin?


León: En Virgin tuvimos un gran atraso, estuvimos congelados. Llegábamos y nos decían "ha si ahorita los atendemos" y así nos tenían 5 horas acá en el sillón esperando, y ya cuando nos atendían les preguntábamos que onda cuándo nos metemos a grabar, y nos respondían que en ese momento no había lana, regresen en dos meses y les decimos; esperábamos esos dos meses acá sufriendo esperando a ver si ese día pasaba algo pero nos daban otra prórroga. Fue difícil.

Ana: Moraleja ¿Qué aprendieron de esta vivencia, Qué recomiendan a las nuevas bandas?

Sergio: La autogestión. Estábamos muy chavos y teníamos la ilusión de tener un grupo y que te firmen, y crees que porque te firman ya chingaste y pues que ya la armaste y ya te resolvieron la vida y eso es mentira. Para los nuevos proyectos y bandas de garaje, les decimos que la autogestión es el camino más viable y donde menos tiempo pierdes y así estas trabajando en lo que quieres. En nuestro caso, decidimos hacer un disco y eso hicimos con o sin apoyo.

Tiempos superados.


Se te ha acabado tu chela? Pregunta León.
Qué Honor el mío. Compartir esta noche tan fría, entre copas y arte con estos astros mexicanos. Cinco a tres. Suspendo mi historia de cóctails por hoy. Te contaré el desenlace de mi gran viaje por el corazón atómico de la Vía Láctea en una próxima edición, con estos chicos que imaginan con sus líricas un mundo fantástico, agradable, lejano a la hostilidad contemporánea. Puro amor en explosión.
Un Strawberry Margarita por favor.
Los veo sentarse en unas butacas del salón principal. La luz ténue los acompaña. Interpretarán con Los Velvet, la banda del bar. Deja me conecto, dice Sergio, aludiendo a su guitarra. El público grita. Las drums se apoderan del recinto . Sigue un bajo embriagado. Nace la voz melancólica de Larregui, que de ojos cerrados, se transporta a otro planeta de mañana con tres soles, y múltiples visiones,
montañas transparentes,
anémonas de luz,
partículas de amor y recuerdos de tí.
Love, love, love.

1 comentario:

Miguel David dijo...

eres tan particular como compleja pero me encanta lo que haces......